Respira
Ida y vuelta, de una boca a la otra, de un corazón al otro: tierra, pulsión, ahogo, palabra, dolor, anhelo, aire. Bocas abiertas salidas de las manos, bordadas en colores de esferas de collar que laten, que respiran.
Francisca Kweitel compartió dos meses con más de 50 mujeres mexicanas de San Cristóbal, Oaxaca y alrededores. Así reunió el acervo de sus bordados, utilizando como soporte barbijos-cubrebocas, que forman perlas engarzadas en un gran collar colectivo.
Florencia Walfisch, Buenos Aires, febrero 2011
Instalación. 2010
Barbijos bordados a mano por más de 50 mujeres mexicanas. Instalación eléctrica con dimerización automática (respiración)
Medidas 3mts diam.
Fotografías impresas sobre cinta al bies. Medidas variables [A5|A4]
Video registro. 6' recorte | 60' completo
El objetivo de la residencia consistía en desarrollar una indagación artística cuya culminación sea una obra que de cuenta de la identidad compleja y sincrética mexicana.
El trabajo se propuso valorizar artísticamente técnicas tradicionales de bordado y ponerlas en diálogo con una disciplina contemporánea: la instalación.
Los protagonistas del proyecto fueron la tradición y la palabra: se visitaron comunidades indígenas de la región de Oaxaca y Chiapas y se solicitó a sus miembros que borden sobre barbijos, preservando los dibujos, el estilo y los colores tradicionales. Algunas palabras surgieron del diálogo, reflejando las inquietudes, problemáticas y deseos de las comunidades. Cada uno de los barbijos se unió a otro formando una esfera y la unión de las mismas construyeron el gran collar. Una iluminación especial por dentro de las esferas, sugiere la idea de respiración encendiendo y apagándose pausada y constantemente.
Para lograrlo, se visitaron a más de 50 mujeres, tejedoras, bordadoras y comerciantes mexicanas de la ciudad de Oaxaca, Tlacolula, Teotitlán del Valle, Jalieza y Ocotlán del Estado de Oaxaca y San Cristóbal de las Casas, San Juan Chamula y Zinacantán del Estado de Chiapas.
En los primeros encuentros se les explicaba el proyecto y pedía que participaran del mismo. Luego, a través de largas conversaciones se intercambiaban percepciones en torno a temáticas cotidianas y a las similitudes y diferencias sobre los estilos de vida. Es importante destacar, que la modalidad de trabajo no consistió simplemente en una entrevista en profundidad que buscara comprender estas mujeres como un "otro"; sino que involucró una actitud abierta y despojada por mi parte en la que reconociéndonos "otro" por parte de ellas, les permitimos indagar sobre nuestra cultura, nuestros valores y el modo en que vivimos los sucesos cotidianos. De esta forma, se logró un diálogo franco que permitió identificar en conjunto aquellas "letras" (así referían ellas al bordado de frases o conceptos que se les requería) que mejor las representaban.
De este modo han quedado en cierta forma capturados estos momentos en diversos soportes. Fotografías que hablan más que cualquier palabra, videos de las mujeres trabajando o contando anécdotas y situaciones de vida y un registro propio de frases que fueron de alguna manera hilvanando los fragmentos bordados y recogidos a lo largo del viaje.
La obra es portavoz del trabajo, las tradiciones y la riqueza cultural de los pueblos originarios; un modo de expresar el arte tradicional de la comunidad a través de un material no convencional. Una demostración del trabajo y el arte de los pueblos que silenciosos nutren los cimientos de la cultura latinoamericana.